Slayer_X

Estaba rendido por el viaje y sobretodo por el concierto, como agregado cuando salimos del concierto tuvimos que caminar como 2 km para conseguir un taxi, nunca se presentaron los 20 buses prometidos por la organización del evento para transportar a la gente. En fin, luego de un reparador descanso tocaba hacer el consabido city tour. Me tocó ir al museo nacional que tiene un diseño arquitectónico muy particular, luego obtuve la respuesta, ese museo era antes una cárcel.

El museo era increiblemente grande, pasé un buen rato observando las pinturas de Botero, lamentablemente no se podí­a tomar fotos, lo cual es comprensible y como amantes del arte y las antiguedades es algo que tenemos que entender y respetar. El tiempo pasó volando y junto con Jeyson tuvimos que hacer un rápido recorrido a la última parte porque el museo estaba a punto de cerrar. Tocaba diseñar el plan de ataque para la noche.

Bogotá es una ciudad bastante grande, casi del tamaño de Lima según mi apreciación. Hay muchos edificios y el sistema de transporte no luce tan caótico como el nuestro. Poseen buses, minibuses (parecidas a nuestras combis pero un poco mas grandes) y el sistema de buses denominado Transmilenio que funciona de una forma muy similar al metro. Otro detalle que muestra el orden es que todos los taxis son de color amarillo y usan taxí­metro, con lo cual las posibilidades de que te estafen son menores. Ah y el centro de la ciudad esta infestada de vendedores ambulantes, me hizó recordar el centro de Lima antes de que el alcalde Andrade los erradicará. Allá hay demasiados, hay lugares por donde no se puede ni caminar por culpa de los ambulantes, y también hay piraterí­a, pero no en la escala que vemos aquí­.

Fuí­mos a dar una vuelta por la calle 93 que es la zona nice de Bogotá, entramos a un par de centros comerciales, compré un CD y un fanzine en una tienda y luego de ver algunas chicas lindas, seguimos caminando y nos topamos con un local llamado Aroma y Tangas y es una modificación del Café con piernas que visité en Santiago de Chile, porque en este lugar no sirven café, sirven cerveza y cualquier trago que estes dispuesto a pagar con la condición de que las lindas chicas bailen para tí­ y se desprendan de alguna prenda, no llegan a desnudarse pero con las breví­simas tangas que lucen dejan muy poco a la imaginación. No pudimos quedarnos porque el local estaba reventando, así­ que tuvimos que hacer la honrosa retirada.

Tomamos un taxi y fuí­mos a comer los patacones que es como una pizza rectangular echa en base a plátano frito y encima te colocan algunas cosas según tu gusto, nuevamente era demasiada comida para poder terminar, pero estuvo buení­simo, lo recomiendo. Para cerrar la noche, fuí­mos a un karaoke que nos recomendó un amigo de Jeyson, a quién encontramos cantando en el pequeño pero acogedor karaoke, estuvimos un buen rato allí­, obvio que no canté 😛 y al final terminamos en un bar donde poní­an hard rock y algo de metal, lamentablemente no pudimos estar mucho tiempo. Como en otras ciudades en Bogotá también hay un lí­mite para que los locales esten abiertos, ese lí­mite es las 3am, así­ que a esa hora tuvimos que irnos.