
Leyendo el prólogo me enteré de algunos aspectos de la vida de Fedor Dostoeivski; fué toda una sorpresa para mí descubrir que escribió esta novela bajo presión y no estamos hablando de cualquier cosa, primero muere su esposa, luego su hermano quien además de los hijos le deja como herencia una gran cantidad de deudas, esto lo obliga a firmar un contrato donde se compromete a escribir 2 novelas en el lapso de 1 año con una claúsula que le haría ceder todos los derechos de toda su obra publicada si es que no cumplía. Lo fascinante de todo esto es que Dostoeivski cumple y entrega las 2 novelas, una de ellas es su obra mas famosa “Crimen y Castigo” y la otra es “El jugador” que originalmente debió llamarse Ruletenburgo.
El Jugador es un libro con mucho de autobiografía, Dostoeivski era aficionado a la ruleta y perdió mucho dinero jugando, todo eso se ve plasmado en su obra. Aleixei Ivánovich esta perdidamente enamorado de Polina, quien le da dinero para que juegue en el casino por ella, el General Sagorianski es padrastro de Polina y atraviesa por una crisis económica pero tiene una esperanza, tiene una tía de avanzada edad que es inmensamente rica y esta a punto de morir, y él es el único heredero, como Alexei, el General también esta enamorado, pero de Blanche, francesa que es la clara muestra de lo que es una mujer convenida.
Gran parte de la novela esta narrada en primera persona, con una correcta introducción de los personajes y su problemática. Se desnuda claramente la personalidad de Alexei, su inseguridad, su pasiáon casi enfermiza por Polina y todas las tonterías que hace por ella. El libro te atrapa, es muy fácil de seguir, lo leí casi de un tirón. Un detalle interesante es como se describen los conflictos y formas de actuar de distintos personajes dependiendo de sus nacionalidades. El correctísimo lord inglés Astley, el cinismo y magníficos modales del francés De Grillet, la arrolladora personalidad de la abuela rusa que de lejos es el personaje más simpático de la obra.
Se puede tomar también este libro como una crítica a la gente que apuesta en los casinos, se muestra como se puede ganar mucho dinero con la misma facilidad que se pierde, siendo evidentemente muy escasos los casos de éxito en comparación con el volumen de pérdidas. Es un libro corto, entretenido y altamente recomendable.