Primera novela que leo de este notable escritor peruano, esta ambientada en la sierra norte peruana; pero no desde la típica visión indígena sino con un enfoque mas orientada hacia los hacendados, los dueños de las tierras que emplean a los indígenas para trabajar en sus tierras. Lucho es un muchacho limeño que luego de terminar el colegio fue confinado a la Hacienda San Gabriel, propiedad de un tio suyo. La historia narra todo lo que representa este cambio para Lucho, se pone especial énfasis en las costumbres del lugar.
Son muy pintorescas muchas situaciones como las celebraciones y la hospitalidad brindada a cuanto viajero se aparece por la hacienda. Un miembro de esta comunidad pondra en vilo a Lucho, su prima Leticia, joven como él, pero con un espíritu rebelde e indomable. Leticia como hija del hacendado hace lo que quiere con todo el mundo y tratará de dominar a Lucho, pero en este trance surge algo entre ellos; una relación bastante complicada donde es Leticia la que impone todo. Entre los personajes de la hacienda podemos mencionar a Jacinto, el que esta un poco loco, pero encuentra en Lucho a buen amigo. Es de lectura fácil y en general me gustó mucho la descripción del entorno, lo único que puedo criticar es el final, esperaba una conclusión mucha más contundente que la que se ofrece, de cualquier forma se los recomiendo.